AUTOR: FRANCISCO
TOMÁS GONZÁLEZ CABAÑAS
TÍTULO: EL ACABÓSE
DEMOCRÁTICO.
I.S.B.N.: 978-84-17182-06-9
Editorial Apéiron.
Colección: arte-facto (2017)
Francisco Tomás González Cabañas es un pensador y escritor argentino, nacido el 06/11/1980 en la provincia de Corrientes, Argentina. Publicó su novela “El Macabro Fundamento” en el año 1999 y “El hijo del Pecado” en el 2013. “El acabóse democrático” es su quinto libro.
El Acabose democrático nutre de nuevas categorías para pensar la
política.
Por el Lic. Silvio Maresca
“El coraje de Francisco Tomás González
Cabañas, autor del ensayo “El acabose democrático”. ¿En qué reside? Se trata de un
cuestionamiento de la democracia vigente y quizá de la democracia como tal (por
momentos) aunque en definitiva pareciera inclinarse por una democracia
redefinida.
Pues bien, el ensayo de Francisco
Tomás González Cabañas se sitúa en el punto exacto en que hoy debemos
colocarnos: la necesidad de forjar nuevos conceptos, instituciones y procederes
que estén a la altura de lo que el siglo actual requiere de la política. Nuevas
bases al decir de Alejandro Korn.
La obra es indispensable para
comunicadores, para catedráticos, para políticos y no apta para un público que
no haya tomado contacto en forma previa con las idas y vueltas a la que se
somete a la administración de la cosa pública, en tiempos en donde lo más
conveniente o lo más ecónomico es esconderse detrás de una imagen o de un me
gusta que nos prive de la posibilidad de entender, de entendernos, de
debatirnos, de convencernos, de disuadirnos, de entrecruzarnos, de acabarnos en
el jolgorio del pensamiento, para volver a creer en un inicio pletórico de
placenteros auspicios, posiblemente democráticos.
whastapp: +54 9 3794399959
Fragmento:
La democracia es el opio más
adecuado y placentero para el hombre moderno que no se quiere hacer cargo de
que el mundo se está acabando producto de su desapego por el mismo, y por su
absurda como paradojal, posición banal, en donde, lo más lógico es que tal vez,
haya llegado a un punto en donde cierto nivel de conocimiento, de información,
de capacidad, gradualmente, se tengan que ir desgranando, para que regresemos a
una funcionalidad autómata y maquinal, como la réplica serial de los organismos
unicelulares de los que tal vez provenimos.
Políticamente, dado que lo está
en cuestión o en juego, es sí estamos eligiendo lo que nos sucede, tal como
creemos elegir un gobierno o a nuestros representantes, el retrato, de lo que
no somos, es decir la promesa, lo imposible de lo democrático, precisamente,
funciona en ese no cumplimiento, en esa no realización. No constituimos un
gobierno ni del pueblo, ni para el pueblo, sino una entelequia como doble, que
sin embargo, es todo eso y más, la festejamos, la simbolizamos en el ejercicio
electoral, la convertimos en fetiche. Las elecciones que se llevan a cabo en
distintas partes del mundo, son las selfies, las fotos que socializamos, la
imagen que nos da gozo de lo que supuestamente somos, a sabiendas de que no lo
somos. Nos ha dejado de importar que nos
importe ser, ahora nos alcanza con vernos, más allá de cómo, cuándo, dónde y
porque, consiguientemente nos importa nada, quien nos gobierne, como, cuando y
porque. Tal vez, este segundo estadio del espejo, de habitar dentro de la
interfaz, de habernos convertido en ese doble, nos evite la angustia de la
muerte, no por nada tenemos gobernantes que nos dicen amar y trabajar por
nuestra felicidad. No se trata de creer, sino de sentir, hemos dejado de desear
para obtener el goce, a como dé lugar y
esta es nuestra gran tragedia en sí misma, a la que no podemos escapar desde la
condición del doble, del autorretrato, del democrático supuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario