Autor: Alexis Soto Ramírez
Título: Turbios Celajes Intrincados
ISBN: 978-0-9971960-0-9
Editorial: Ediciones Lenguaraz
Fecha de publicación: Febrero 22, 2016
o en
https://pantanossemioticos.wordpress.com
http://www.edicioneslenguaraz.com/libros/Turbios-Celajes-Intrincados
Título: Turbios Celajes Intrincados
ISBN: 978-0-9971960-0-9
Editorial: Ediciones Lenguaraz
Fecha de publicación: Febrero 22, 2016
Libro de poemas de un depurado lirismo que explora en las diversas asociaciones que se establecen, a través de la palabra, entre el mundo material y el espiritual; poesía que impresiona los sentidos y nos seduce con la belleza de sus imágenes; versos de una inefable representación del afuera y el adentro, de los seres y las cosas, del tiempo que fue ayer, ahora y todavía.
Alexis Soto Ramírez nació en Cuidad de la Habana, Cuba, 1967, ha recibido varios premios por su poesía.
Es autor del libro: Oscuro impostergable o la circunstancia de la hormiga.
Actualmente reside en Ellicott City, Maryland, EE.UU
Es autor del libro: Oscuro impostergable o la circunstancia de la hormiga.
Actualmente reside en Ellicott City, Maryland, EE.UU
Se lo puede contactar y adquirir la obra poética a través de su blog:
https://pantanossemioticos.wordpress.como en
https://pantanossemioticos.wordpress.com
http://www.edicioneslenguaraz.com/libros/Turbios-Celajes-Intrincados
La tinaja y el caracol
La tinaja,
donde encontramos
atrapados cielos
sonríe al viento,
propaga un cúmulo
de antiguas aguas
complacientes.
El anillo en la tinaja
su contorno por la boca aprieta
y un fino velamen
de revueltos pinos aferrados
o canoros huesos
contempla.
El caracol olvida su traza
y en su sublime pereza huye
atenuando palabras amargas
de domingo.
Una visión,
un turbio espacio muerto
de torpes anaqueles
esperando el salto propicio.
La memoria de las cosas
va cediendo
lentamente
al polvo.
Dispuesto acosa
el caracol a la tinaja,
sostiene el manto
de curvilíneas ansias.
Con armazón impaciente
deviene en sueño,
penetra el orificio petulante.
Y la tinaja
rasgada por la boca arde
ungida de caballos alados
y margaritas volcánicas.
Dormita,
va olvidando con júbilo
el cúmulo de antiguas
aguas complacientes.
La tinaja,
donde encontramos
atrapados cielos
sonríe al viento,
propaga un cúmulo
de antiguas aguas
complacientes.
El anillo en la tinaja
su contorno por la boca aprieta
y un fino velamen
de revueltos pinos aferrados
o canoros huesos
contempla.
El caracol olvida su traza
y en su sublime pereza huye
atenuando palabras amargas
de domingo.
Una visión,
un turbio espacio muerto
de torpes anaqueles
esperando el salto propicio.
La memoria de las cosas
va cediendo
lentamente
al polvo.
Dispuesto acosa
el caracol a la tinaja,
sostiene el manto
de curvilíneas ansias.
Con armazón impaciente
deviene en sueño,
penetra el orificio petulante.
Y la tinaja
rasgada por la boca arde
ungida de caballos alados
y margaritas volcánicas.
Dormita,
va olvidando con júbilo
el cúmulo de antiguas
aguas complacientes.
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